Todos lo hemos vivido. Tal vez no le habías puesto nombre, pero estoy segura que conforme vayas leyendo este post vas a asentir y seguramente a sonreír porque vas a saber exactamente de lo que estoy hablando.
El Momento de Audio…ese instante de TOTAL ABSORCIÓN. Es cuando estás escuchando una canción y de pronto te envuelves en y con la música y te das cuenta que de alguna manera has sido transportado a otro lugar y, que estás experimentando y sintiendo partes de ti que ni siquiera sabías que eran tuyas.
Es el momento de inmersión absoluta en ese beat, ese ritmo, esa melodía, en el que todos tus sentidos se agudizan, tu cuerpo se prende y puedes sentir literalmente la electricidad correr por tus venas. Beat, beat, beat. Y cierras los ojos y el mundo exterior desaparece y solo estás tú y esa canción. Beat, beat, beat. Se borran las fronteras físicas y la música se funde en ti y tu en ella. Te enchufas. Beat, beat, beat. Tu corazón late al ritmo de la canción, y pareciera que tus movimientos cobran vida propia. Sinergia y sincronía. Beat, beat, beat. Piel de gallina. Magia. Placer. Beat, beat, beat. Y quieres llorar. Y quieres reir. Beat, beat, beat. Quieres explotar. Beat, beat, beat. Orgasmo.
Y por favor, por favor, por favor dios mío, que a nadie se le ocurra hablarme en este momento y sacarme de este trance…
¿A qué si sabes de lo que hablo?
¿Y la mejor noticia? El Momento de Audio no discrimina edades, sexos, religiones, preferencias, si tienes un ritmazo o si lo estás buscando y sobre todo, no juzga tus gustos musicales, bien se aparece en una cumbia como en las Cuatro Estaciones de Vivaldi. ¡Así que amantes de Maluma, despreocúpense!
Así que en cuanto acabes de leer este post (no te esperes), en donde sea que te encuentres, busca esa rolita (la mía en este preciso momento: Sleep, For the Weak! de Lost Frequencies…por si necesitas tomar una prestada), ponla a todo volumen, cierra los ojos y déjate absorber. ¡Y te deseo este y millones de Momentos de Audio más!
Bea