Revel the Movement

Ámate. Para que sientas más. Para que goces más. Para que des más amor. Para que seas más libre que nunca.

Confundimos lo que nuestra cultura nos enseña con “la verdad”. Y lo adoptamos, a veces, sin someterlo al pensamiento crítico. En nuestra cultura, es más permitido criticarte que apreciarte. Es hora de cambiarlo. ¡Eres hermosa! ¿Quién puede, en verdad, decirte que no? La incomodidad, la inseguridad y el estrés que generas cuando eres crítica contigo misma son un obstáculo para lograr satisfacción sexual plena. Reducen la capacidad para el placer. Sentirte bien contigo y quererte da por resultado una vida sexual más plena y satisfactoria. Así que, para tener más y mejor sexo, ¡empieza por reconocerte y amarte! ● Trata de ser más sutil en tus críticas hacia ti misma, o deshazte de ellas por completo.

● No te permitas decirte cosas que no le dirías a tu hija o a tu mejor amiga.

● Evita la constante autocrítica, que sólo hace daño.

● Cambia la autocrítica por el autoamor, la autoternura, la autosuperación.

¿Realmente es “auto” crítica? ¿Quién te enseñó a no quererte? ¿Quién te puede decir qué cuerpo tener? ¿De quién son esas ideas que te impiden apreciarte? Libera tu mente. Obsérvate. Trátate con el amor que das a los demás. Todo el tiempo, estamos sujetas a mensajes. Y vivimos en una cultura donde damos, a ciertos emisores, validez automática. Nos sujetamos a sus juicios. El mensaje moral: el que te hace sentir menos o que estás mal porque te gusta el sexo; que eso te hace una “zorra”. El que te hace creer que la virginidad es tu activo más valioso, o que si has tenido varias parejas (por “varias” entiéndase las mismas o más que las que tu pareja ha tenido) deberías sentir vergüenza.

El mensaje médico: “estás enferma”, o “el sexo provoca enfermedades y embarazo: es peligroso”. Si estás dispuesta a arriesgar eso, entonces el sexo debe ocurrir en una sola forma: deseo, excitación, orgasmo. Si no es así, seguro es que hay alguna razón médica. El mensaje de los medios: “eres inadecuada”, “estás mal”. Si no has tenido orgasmos vaginales, uterinos, enérgicos, si no eres multiorgásmica o si no eyaculas como una fuente y no has hecho todas las posiciones ilustradas en el Kamasutra, entonces eres “frígida” y estás mal. Antes de decírtelo ¿Se lo dirías a tu hija, a tu amiga, a tu madre? ¿Realmente son tus ideas las que estás reproduciendo? ¿Juzgas a otras personas con la misma dureza que a ti? ¿Ya pensaste también en todo lo positivo que tienes? Mientras más te critiques a ti misma es más probable que te encuentres más sola. Nuestra cultura nos ha hecho creer que autocriticarse es positivo, y hasta necesario para “ser mejores”, pero ¿Qué pasaría si te dieras cuenta de tu grandeza y tu perfección? La autocrítica es como una plaga en tu jardín. Nos enferma y se come a las flores más bonitas. Cambia tu autocrítica por amor propio. Mala, ¿según quién? Si disfrutas el sexo, o lo haces por placer: libertina. Si no lo disfrutas o no lo deseas: frígida. Si has tenido tantas parejas como un hombre: promiscua. Si tu cuerpo es diferente al modelo: inadecuada. Es hora de quererte. De decirte a ti misma quién eres. De disfrutar sin cargar con los prejuicios de otros. En la mayoría de las culturas y religiones, todo lo relacionado con el sexo es considerado como “bajo”, “sucio” y hasta “peligroso”. A la parte reproductiva sexual externa femenina (la vulva) se le llamaba “las partes pudendas”. Pudendum significa “lo que da vergüenza”. Necesitamos quitarnos la idea implantada de que todo lo que sucede “allá abajo” es asqueroso. Tenemos que cambiar todo ese contexto para poder empezar a apreciarnos y amarnos. Cambiar el “asco” por aprecio y reconocimiento. Dejar de etiquetar genitales, fluidos, aromas y sensaciones como “guácala” y apreciarlas más bien como algo saludable y bello, como un motivo para celebrar. Estrés e insatisfacción sexual. Si tu cuerpo no se ajusta a un modelo ajeno de la belleza. Si te miras al espejo y sólo destacas lo que no te gusta. Si sientes que deberías ser más, hacer más, ser otra. La crítica constante de ti misma genera estrés, y el sexo con estrés genera insatisfacción. Cuando te quieres, disfrutas más. La sensación de ser inadecuada, la vergüenza de ti misma, el apego a modelos de belleza impuestos, la culpa… ¿Cómo disfrutar a plenitud de tus relaciones sexuales cuando cargas con todo el estrés de no ser lo que otros esperan de ti? Gústate. Quiérete. Siéntete bella. La satisfacción está en ti.

El peso es una de las razones por las que más nos castigamos. Es importante mantener un peso saludable, para sentirnos y estar bien. Pero ese número puede variar mucho de mujer a mujer. Nos han hecho creer que la delgadez extrema es lo bello y eso está muy lejos del alcance de muchas personas sanas, además de que es muy relativo.

Lo que sí te puedo asegurar es que las personas demasiado delgadas no suelen tener energía ni para caminar. ¿Cómo pensar en sexo? La felicidad y la apreciación de tu cuerpo no tiene que ver con el número en la báscula, sino más bien con el reconocerte, apreciar tu cuerpo y todo lo que hace por ti, lo bello que es en su unicidad, y tratarlo con mucho amor y mucho respeto. El peso es sólo una medida relacionada con la gravedad. Es decir, refleja la gravedad que la tierra ejerce sobre un objeto. De lo que se trata es de vivir feliz dentro de tu cuerpo, del tamaño, color y sexo que sea, justo así como es “hoy”. Justo así como eres, eres perfecta y hermosa. Actividad para mejorar tu autoestima: conócete y quiérete:

● Toma un rato de tu día, tu semana o tu mes, y date la oportunidad de verte al espejo, sin ropa, o con la menor cantidad de ropa que te sea posible.

● Claro que lo primero que va a suceder es que empezarán a llover las autocríticas, pero tienes que recordar que ¡eres perfecta como eres!

● Trata de verte con cariño, admiración y apreciación, y haz una lista (mental o escrita) de las cosas que puedes ver que te gustan.

● Haz este ejercicio con la mayor frecuencia que puedas. Notarás que, al principio, será difícil. Pero poco a poco lograrás callar la parte crítica de tu cerebro y dejarás que entren la plenitud y el gozo. Así como en un jardín, quitarás poco a poco la plaga, para que las flores puedan crecer.

● Poco a poco te será más fácil apreciar y admirar tu cuerpo. Celebrarlo y tratarlo con todo el respeto y cariño que merece, y así disfrutarás del sexo con más confianza y gozo.

Marta Briseño

@martabriseno 

facebook.com/Dra. Marta Briseño

 

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *